Comenzamos con nuestro segundo apartado en Primereos Auxilios en el que revisaremos Fracturas, Hemorragias y Heridas ¿como intervenir?
Una vez que
prestaremos un servicio de Primeros Auxilios y conociendo las 3 S (Situación,Escena, Seguridad), podemos enfocarnos en sus clasificaciones....
Podemos
darnos cuenta que la víctima ha sufrido una Fractura cuando el tejido óseo no
tiene una continuidad, en la parte afectada observamos deformidad, hinchazón o
edema, incapacidad de movimiento, cuando tocamos hay dolor, si hay
amoratamiento significa que ya tiene un periodo de tiempo de haberse realizado,
crepitación que notamos al tocar la fractura y es el ruido que se produce y que
indica la discontinuidad del tejido óseo.
Para
intervenir se debe actuar conforme a su clasificación abiertas o expuestas y
cerradas. Si nos encontramos frente a una fractura del tipo abierta lo primero
que debemos hacer es lavar para que el área no se infecte, el lavado se lleva a
cabo con agua jabón de manera cuidadosa
para no hacer daño y se cubre con una gasa o apósito o en cuestión de
emergencia con algo limpio que nos encontremos, la limpieza se realiza de la periferia hacia afuera o en una sola direccion.
Una vez
realizado este procedimiento si es abierta o cerrada se busca inmovilizar la
parte afectada entablillándola, usando periódico etc. Y esperamos a que llegue
la ayuda especializada, otra de las clasificaciones es dada por el aspecto del
hueso al romperse como oblicua (en Angulo con el eje), conminuta (fragmentos de
hueso pequeños), espiral (alrededor del eje del hueso) y en tallo verde (el hueso no se fracturo de
forma completa).
Es
importante considerar que si la fractura es en la columna, muslos o pelvis no
se recomienda mover a la víctima así como tampoco tratar de enderezar el hueso
afectado.
Dando lugar
a las heridas es la discontinuidad del tejido, exceptuando el tejido óseo, se
dividen en Cortantes (objetos con filo), Punzantes (objetos con punta),
Lacerantes (desgarre de tejido), Abrasivas (producidas por fricción, raspones),
Avulsión (desgarro y destrucción de tejido), Aplastantes (como el machucase) y
por arma de fuego.
Se
consideran graves en función a su Extensión, profundidad y localización. En
cuanto a la profundidad encontramos las superficiales (atraviesan piel),
profundas (atraviesan tejido subcutáneo), penetrantes (penetran alguna cavidad)
y perforantes (atraviesan el cuerpo). Una vez que conocemos estos aspectos es
importante lavar con agua y jabón cuidadosamente del centro hacia fuera o en
una sola dirección con el afán de no contaminar y evitar el uso de pomadas,
polvos, algodón así como remover objetos empalados que serán sujetados para no
ser movidos y causar una situación más agravante.
Las
Hemorragias son la salida de sangre fuera de sus vasos sanguíneos, de manera
arterial (salida de sangre al ritmo del corazón con un tono rojo brillante),
venosa (salida de sangre en forma de cascada o a chorro de color rojo oscuro) y
capilar (salida de sangre en poca cantidad, puntilleo), se clasifican en
internas e internas.
¿Cómo
intervenir en cualquiera de los casos anteriores? Lo primero es hacer presión
directa sobre las herida con un apósito o en su defecto una gasa, (si no da
resultado es importante pasar al paso 2 y así sucesivamente sin dejar de
realizar el primero, si algún paso da resultado no es necesario realizar el
siguiente) Elevar la extremidad, Presión indirecta a la arteria más cercana con
el afán de contener el sangrado de lado correcto, Crioterapia (utilización de
algo frio) y como último recurso el Torniquete poniendo algo debajo para no
hacer más daño.
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