Recientemente me encontré con un libro de Walter Riso y su libro “10
maneras para no morir de amor”, Psicólogo y especialista en terapia cognitiva y
magister en biètica. En el cual se
suscribe el Principio número 2, que
lleva por título “Casarse con el amante es como echarle sal al postre” y del
cual en el presente apartado haré una breve reseña y
mezcla un
tanto desagradable ya que el postre es la dulzura, el goce que representa “el
amante”, ¿y la sal? ¿Qué representa la sal? Para el postre algo desagradable, ¿entonces? ¿El porqué del título?
Describamos
el postre...
el dulce postre, para la mayoría
de nosotros no es muy común que comamos el postre después de la comida, algunos
lo acostumbramos cada fin de semana o cada cumpleaños u ocasión en especial, veamos en este apartado
al postre como el placer de vez en cuando, cuando lo comemos estamos
predispuestos a ellos, lo saboreamos con tanta delicia lo esperamos con ansia, quizás
cuando tenemos alguna dificultad los consumimos y nos sentimos aliviados un
poco, así es el amante. Una vez por mes, dos veces, dos veces a la semana,
encontrar el momento, es aquel salirse de la rutina.
¿Qué hace al postre tan especial? Precisamente
lo anterior, la predisposición a gozarlo, el bienestar que nos produce, el
consuelo, el tiempo, los preparativos, todo es perfecto.
Pero...
¿entonces por qué casarse con el amante es como echarle sal a ese delicioso
postre?-“Como en cualquier consumo de droga, el nivel de tolerancia del
organismo a la sustancia (o a la persona) aumenta y necesitamos más cantidad de lo mismo para
lograr mantener la sensación a un nivel satisfactorio”-nos cita Walter en su
libro, como toda droga nos genera una adicción ¿pero será adicción al amor? ¿Las
ganas a una vida plena? ¿Una pareja estable? ¿O a ese bienestar momentáneo que
conocemos en el mejor de los casos? ¿O simplemente al placer? Nos describe
Walter un apego al placer “una curiosa mezcla entre justicia cósmica y
hedonismo”
Ahora bien ¿Cuál
es la sal, si pensamos en casarnos con el amante? Primero que nada no debemos
esperar que el mundo se alegre por la unión con él o la amante –“pecan de
ingenuidad y un egocentrismo increíble”-nos
describe Walter, están los afectados, quienes protestan y no se quedan cruzados
de brazos, ¿has pensado en las adversidades que esto implique? ¿Cómo crees que actué
tu actual pareja?, la baja en la pasión es otra pizca de sal ahora que se
afrontan a conflictos de resolución de pareja “estable” acuerdos,
negociaciones, comer el postre a diario, la economía que si se tiene familia habrá
que dar una parte para los hijos y sobrevivir con lo que quede, agregándole otra
pizca de sal los hijos de nuestra pareja si es que tiene, los tuyos y los de
ambos que también tendrán que adaptarse y debemos prepararnos para lo que
venga, hay que organizarnos de nuevo,
planearos.
En este
punto cuando se empieza a extrañar lo perdido “Hay que hacer ajustes nuevos, la
comodidades y estabilidad muchas veces emocional y económica se ha perdido”
¿Ya tomaste
en cuenta estos puntos si has decidido casarte con tu amante? Por principio de
cuentas las estadísticas indican que casarse con el amante no es la opción ya
que la mayoría de las relaciones fracasan, si crees que algo se ha perdido con
tu pareja ¿Por qué no lo retomas? Si crees que ya no tienen futuro, se supone
te has dado cuenta antes de que aparezca alguien, la convivencia continua con
una persona puede generar confusión emocional ¿Por qué no usas la comunicación asertiva,
tomas acuerdos? Y si ambos están listos experimentan cosas nuevas o consideran la separación.
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Puntos que
debes de tomar en cuenta antes de tomar cualquier decisión, esperando les haya
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